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VATICANO, 07 Jul. 13 / 12:36 pm (ACI ).- En su primera encíclica, Lumen Fidei, el Papa Francisco aseguró que “la unidad de la Iglesia, en el tiempo y en el espacio, está ligada a la unidad de la fe”.
El Santo Padre reconoció que en la actualidad “resulta muy difícil concebir una unidad en la misma verdad. Nos da la impresión de que una unión de este tipo se opone a la libertad de pensamiento y a la autonomía del sujeto”.
Sin embargo, indicó, “la experiencia del amor nos dice que precisamente en el amor es posible tener una visión común, que amando aprendemos a ver la realidad con los ojos del otro, y que eso no nos empobrece, sino que enriquece nuestra mirada”.
“El amor verdadero, a medida del amor divino, exige la verdad y, en la mirada común de la verdad, que es Jesucristo, adquiere firmeza y profundidad”.
El Santo Padre aseguró que “en esto consiste también el gozo de creer, en la unidad de visión en un solo cuerpo y en un solo espíritu”.
“¿Cuál es el secreto de esta unidad?” preguntó el Papa, y a continuación señaló que “la fe es ‘una’, en primer lugar, por la unidad del Dios conocido y confesado”.
“Todos los artículos de la fe se refieren a él, son vías para conocer su ser y su actuar, y por eso forman una unidad superior a cualquier otra que podamos construir con nuestro pensamiento, la unidad que nos enriquece, porque se nos comunica y nos hace ‘uno’”.
Francisco aseguró además que la fe es una sola “porque se dirige al único Señor, a la vida de Jesús, a su historia concreta que comparte con nosotros”.
“San Ireneo de Lyon ha clarificado este punto contra los herejes gnósticos. Éstos distinguían dos tipos de fe, una fe ruda, la fe de los simples, imperfecta, que no iba más allá de la carne de Cristo y de la contemplación de sus misterios; y otro tipo de fe, más profundo y perfecto, la fe verdadera, reservada a un pequeño círculo de iniciados, que se eleva con el intelecto hasta los misterios de la divinidad desconocida, más allá de la carne de Cristo”.
Ante este planteamiento, dijo el Papa, “que sigue teniendo su atractivo y sus defensores también en nuestros días, san Ireneo defiende que la fe es una sola, porque pasa siempre por el punto concreto de la encarnación, sin superar nunca la carne y la historia de Cristo, ya que Dios se ha querido revelar plenamente en ella”.
“Por eso, no hay diferencia entre la fe de ‘aquel que destaca por su elocuencia’ y de ‘quien es más débil en la palabra’, entre quien es superior y quien tiene menos capacidad: ni el primero puede ampliar la fe, ni el segundo reducirla”.
Por último, escribió el Papa, “la fe es una porque es compartida por toda la Iglesia, que forma un solo cuerpo y un solo espíritu”.
“En la comunión del único sujeto que es la Iglesia, recibimos una mirada común. Confesando la misma fe, nos apoyamos sobre la misma roca, somos transformados por el mismo Espíritu de amor, irradiamos una única luz y tenemos una única mirada para penetrar la realidad”.
Para leer la encíclica completa ingrese a: http://www.aciprensa.com/Docum/documento.php?id=520
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Etiquetas: encíclicas, Papa Francisco, Encíclica Lumen Fidei
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