La consagración

Catequesis para toda la familia

Madrid, 28 de junio de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

Etimológicamente la consagración es la parte de la misa católica en que el sacerdote pronuncia las palabras de la institución de la eucaristía por las que el pan y el vino se identifican con el cuerpo y la sangre de Cristo.

Este acto sagrado, si se piensa fríamente, es algo que se escapa de nuestro entendimiento. Quizás en este punto, entre otros, es donde tendríamos que hacernos como niños, que muchas veces no entienden lo que sucede pero guardan un profundo respeto por lo que están viviendo. Nos observan de reojo para ver cuál es nuestra actitud y después ellos, como buenos imitadores, reproducen nuestra actitud. Es un misterio, y así es como lo perciben ellos.

La parte de la consagración es la parte más importante de la eucaristía donde mostramos este respeto por algo sagrado, bien estando de pie o arrodillándonos.
 En esta parte vemos la importancia de los signos corporales, aquellos con los que se quedan los niños y que hay que ir explicándoles en pequeñas dosis, sobre todo a aquellos que aún no han hecho la comunión. Ellos ven un trozo de pan o galletita (como nosotros) pero no ven la parte más misteriosa y eso es lo que hay que explicarles previamente. Hacerles ver que el momento de la consagración, ese pan y ese vino pasan a ser el cuerpo y la sangre de Jesús. El que murió y resucitó por nosotros, y así lo decimos con el “Maranatha” que en su traducción “Ven, señor Jesús” oramos convencidos de esta venida del padre.

Por: Pablo Iranzo V.