Mons. Ricardo Blázquez, nuevo miembro de la Congregación para las Iglesias Orientales

La actividad de los cardenales miembros consiste en definir, reunidos en asambleas ordinarias o plenarias, las cuestiones más importantes del dicasterio

Madrid, 30 de junio de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits

El papa Francisco ha nombrado este sábado miembro de la Congregación para las Iglesias Orientales al cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). 

También ha nombrado nuevos miembros de este dicasterio al cardenal Peter Erdo, arzobispo de Esztergom-Budapest, a Mons. Thomas Christopher Collins, arzobispo de Toronto, a Mons. Menghesteab Tesfamariam, arzobispo de Asmara, y a Mons. Fülöp Kocsis, arzobispo de Hajdúdorog para los católicos de rito bizantino.

El cardenal Blázquez pertenece además de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; a la Congregación para la Doctrina de la Fe; y al Pontificio Consejo para la Cultura; informa la página web de la Archidiócesis de Valladolid.

La Congregación para las Iglesias Orientales tiene su origen a partir de la Congregación de Propaganda Fide pro negotiis ritus orientalis, erigida por el papa Pío IX el 6 de enero de 1862 con la Constitución Apostólica Romani Pontifices. El papa Benedicto XV la hizo autónoma el 1 de mayo de 1917 con el Motu Proprio Dei Providentis y la denominó Congregatio pro Ecclesia Orientali. El papa Pablo VI, con la Constitución Apostólica Regimini Ecclesiae Universae del 15 de agosto de 1967 modificó el nombre por Congregatio pro Ecclesiis Orientalibus.

Este dicasterio ha recibido institucionalmente del Romano Pontífice el mandato de ponerse en relación con las Iglesias orientales católicas para favorecer su crecimiento, salvaguardar los derechos, y mantener vivos e íntegros en la Iglesia católica, junto al patrimonio litúrgico, disciplinar y espiritual de la Iglesia latina, como también el de las varias tradiciones cristianas orientales.

La actividad de los cardenales miembros consiste en definir, reunidos en asambleas ordinarias o plenarias, las cuestiones más importantes, mientras los problemas de menor entidad son resueltos por el prefecto, asistido por el secretario y por el subsecretario, ayudados por los oficiales y por los consultores. En el dicasterio prestan además servicio estable los jefes de Oficina, los minutantes, los adeptos técnicos, los escritores y el personal de antecámara.