El Papa asegura que los culpables rendirán cuentas en los casos de pederastia

Francisco ha recibido a un grupo de personas que sufrieron abusos y lamentalas veces en las que denunciaron abusos pero no fueron escuchados o creídos

Ciudad del Vaticano, 27 de septiembre de 2015 (ZENIT.org) Rocío Lancho García | 1 hit

El Santo Padre se ha comprometido “a seguir el camino de la verdad, dondequiera que nos pueda llevar” y ha asegurado que “el clero y los obispos tendrán que rendir cuentas de sus acciones cuando abusen o no protejan a los menores”. Así lo indicó durante su encuentro con cinco víctimas de abusos sexuales cuando eran menores y que tuvo lugar este domingo por la mañana.

El texto del encuentro fue dado a conocer por la Oficina de Prensa de la Santa Sede y se ha realizado sido fuera del programa oficial de su visita a Filadelfia.

“Las palabras no pueden expresar plenamente mi dolor por el abuso que han sufrido”, afirmó. Francisco les agradeció la oportunidad de conocerles y se reconoció “bendecido por su presencia”. Gracias por venir aquí hoy.

Del mismo modo, se manifestó “profundamente dolido porque su inocencia fue violada por aquellos en quien confiaban”. Ustedes --dijo-- son preciosos hijos de Dios, que siempre deberían esperar nuestra protección, nuestra atención y nuestro amor.

Asimismo, recordó que en algunos casos “la confianza fue traicionada por miembros de su propia familia, en otros casos por miembros de la Iglesia, sacerdotes que tienen una responsabilidad sagrada para el cuidado de las almas”. En todas las circunstancias, aseguró Francisco que “la traición fue una terrible violación de la dignidad humana”.

Para los que fueron abusados por un miembro del clero, el Papa dedicó unas palabras en especial: “lamento profundamente las veces en que ustedes o sus familias denunciaron abusos pero no fueron escuchados o creídos”. Sepan --aseguró-- que el Santo Padre les escucha y les cree. Igualmente, lamentó profundamente “que algunos obispos no cumplieran con su responsabilidad de proteger a los menores”. E indicó que resulta muy inquietante saber “que en algunos casos incluso los obispos eran ellos mismos los abusadores”.

Por otro lado, el Pontífice recordó que “estamos reunidos aquí en Filadelfia para celebrar el don de Dios de la vida familiar”. Y añadió que “dentro de nuestra familia de fe y de nuestras familias humanas, los pecados y crímenes de abuso sexual de menores ya no deben mantenerse en secreto y con vergüenza”.

Haciendo referencia al Año Jubilar de la Misericordia, el Santo Padre aseguró a los presentes que su presencia aquí hoy, tan generosamente ofrecida a pesar de la ira y el dolor que han experimentado, “revela el corazón misericordioso de Cristo”. Y reconoció que “sus historias de supervivencia, cada una única y convincente, son señales potentes de la esperanza que nos llega por la promesa de que el Señor estará con nosotros siempre”.

El Papa también se mostró agradecido con los familiares y amigos que estaban acompañando a las víctimas en el encuentro por “su apoyo compasivo” y aseguró su oración “para que muchas personas de la Iglesia respondan a la llamada de acompañar a los que han sufrido abusos”.

Que la puerta de la misericordia --pidió el Santo Padre-- se abra por completo en nuestras diócesis, nuestras parroquias, nuestros hogares y nuestros corazones, para recibir a los que fueron abusados y buscar el camino del perdón confiando en el Señor. “Les prometemos apoyarles en su proceso de sanación y en estar siempre vigilantes para proteger a los menores de hoy y de mañana”, aseguró.

Y como a los discípulos de Emaús, el Papa humildemente pidió a los presentes y a todos los sobrevivientes de abusos “que se queden con nosotros, con la Iglesia, y que juntos como peregrinos en el camino de fe, podamos encontrar nuestro camino hacia el Padre”.