Francisco se reúne en Filadelfia con la familia que cruzó América en furgoneta

De forma inesperada, los Walker fueron convocados para tener un encuentro privado con el Papa. Viajaron durante más de seis meses para participar en el Encuentro Mundial de las Familias 

Madrid, 30 de septiembre de 2015 (ZENIT.org) Redacción | 0 hits

Con motivo del Encuentro Mundial de la Familias en Filadelfia, los Walker viajaron 18 mil kilómetros durante más de seis meses para llegar a Estados Unidos y ver al papa Francisco. El matrimonio argentino, junto a sus 4 hijos, soñaba con ver pasar al Santo Padre por las calles, o saludarlo detrás de una valla. Sin embargo, una inesperada llamada telefónica descolocó a toda la familia: fueron convocados para tener una reunión privada con el Pontífice.

Los Walker utilizaron su página de facebook América en Familia para contar lo vivido. “A las 6 de la mañana recibimos un llamado que el Papa quería conocernos, que vayamos inmediatamente al Seminario San Carlos. Imagínense el revuelo que se armó. Todos corríamos de un lado para otro en completo caos. Llegamos volando sin poder creer lo que nos estaba pasando”, relatan.

“En un hall nos dijeron que ahora vendría. Y a los cinco minutos estábamos frente a Francisco que nos dice: "¿Ustedes son la familia que viajó de Buenos Aires?, están locos" y se reía”, recuerdan. “Sí, le decimos. También tenemos una cuota de sana inconsciencia como vos”, prosiguen. “Grandes abrazos. Cala [uno de los hijos] se aferró a su cintura y no lo largaba”, señalan.

“Le dijimos que hay miles de familias en América que lo quieren mucho y están rezando por él. "Lo necesito, esto es muy difícil, desde este lugar se puede hacer mucho bien y mucho mal, recen por mí". Hicimos un abrazo grupal los siete”, destacan.

“Le dijimos que teníamos tantas ganas de saludarlo. Y nos dijo "cuando me dijeron que estaban por acá, yo dije que los quería conocer, los estuve siguiendo, ¡qué bueno que los encontraron!" Y en italiano le dice a alguno de la comitiva: "Esto es muy importante: una familia joven que tiene el coraje de salir en una kombi y ¡vivir la vida con júbilo! Que sale al encuentro de otras familias"”, añaden.

“Nos habían dicho que iba a ser rápido pero él seguía conversando. De gran charla los siete. Todo muy distendido y familiar, como si fuese un amigo de siempre”, aseguran. “"Gracias por venir" y le dijimos : "Gracias por inspirarnos a salir y hacer un poco de lío". Y mientras se iba, se da vuelta y con carcajada: "¡Son unos inconscientes!" El mejor regalo para el fin del viaje de nuestra vida”, reconocen.

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