En una entrevista concedida al diario La Tercera, el Cardenal Ezzati señaló que “en este tema tan sensible y doloroso, los seguidores de Jesús nos hemos esforzado por aportar argumentos de razón a favor de la vida. Junto a otros miembros de la sociedad chilena, creemos que la vida es don y misterio que nos trasciende”.
“Cuando una sociedad no considera al ser humano como un bien en sí mismo, sino un bien de consumo, entonces llega a pensarlo como algo que se puede usar y tirar, o ‘como un descarte porque no responde al deseo de sus padres’, como indica el Papa Francisco”, subrayó el Purpurado.
Tras recordar que la vida tiene carácter sagrado e inviolable, el Cardenal dijo que “las mujeres, que en circunstancias excepcionales y dramáticas enfrentan una maternidad no deseada, o de alto riesgo para ellas mismas, merecen todo el cuidado y comprensión de la comunidad”.
“Tienen derecho de recibir toda la ayuda de la ciencia médica y otras ciencias humanas, junto al compromiso del Estado que, de acuerdo a la Constitución, tiene el deber de proteger y defender la vida”, destacó el Cardenal.
Ante las críticas que acusan a la Iglesia Católica de querer imponer su visión, el Arzobispo sostuvo que “no queremos imponer nuestra mirada a la sociedad, pero no podemos dejar de señalar nuestro desacuerdo sobre la materia que se quiere aprobar”.
Respecto la polémica por la objeción de conciencia que solo estará permitida a los médicos individualmente y no al cuerpo médico en su totalidad en una institución de salud, el Cardenal Ezzati subrayó que “también las instituciones deben gozar de este derecho. En este sentido, comparto y apoyo la argumentación hecha pública por el Dr. Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile”.
“Se trata de coherencia personal e institucional. Quienes se definen cristianos deberían ser coherentes con su fe”, aseguró.
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