Una monja invidente francesa es la religiosa más anciana del mundo

PARÍS, 15 Nov. 17 (ACI).- La religiosa más anciana del mundo es Sor André, una francesa invidente que en febrero de 2018 cumplirá 114 años.  

Sor André se convirtió en la monja más anciana del mundo este 2017 luego de que el 13 de julio falleciera a los 115 años la hermana Cecilia, una religiosa estadounidense cuyo nombre original era Marie-Josephine Gaudette.

El 16 de octubre también murió a los 113 años la hermana María Electis, una monja de origen alemán que sirvió muchos años en Brasil. Su nombre de nacimiento era Luzia Mohrs.

Actualmente Sor André, cuyo nombre original es Lucille Randon, reside en la casa de reposo para ancianos Sainte-Catherine-Labouré en la ciudad de Tolón, en el departamento francés de Var.

La religiosa invidente también es reconocida como la francesa más anciana luego de que el 20 de octubre falleciera a los 114 años Honorine Rondello.

En declaraciones al periódico Le Parisien, Sor André indicó que “ser la mayor de los franceses me sorprendió mucho porque no lo pensé en absoluto”.

Lucille Randon nació el 11 de febrero del año 1904 en la localidad de Alès, en el departamento de Gard.

La religiosa dijo al diario francés La Croix que creció en el seno de una familia protestante y de escasos recursos económicos. Su abuelo paterno era “un pastor, un hombre muy estricto” que daba largas prédicas en las que “uno no se podía mover ni quedarse dormido. Por lo tanto, mis padres dejaron la religión. Pero a mí, eso me preocupó”.

A los 27 años se convirtió al catolicismo y dijo que “yo caminé poco a poco, siguiendo mi vida de católica”.

Durante su juventud trabajó como profesora e institutriz de varias familias, entre las cuales estaba la familia Peugeot, fundadores y propietarios de la marca de automóviles.

Cuando tenía 40 años ingresó como religiosa a la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y tomó el nombre de Sor André en homenaje a su hermano André que para ella fue “como papá y mamá”.

Tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la monja comenzó a trabajar en un hospital en la localidad francesa de Vichy, en el departamento de Allier, para ocuparse de los ancianos y niños.

Indicó que entre los pequeños “había huérfanos, otros fueron colocados allí por sus padres porque ya no podían alimentarlos. En esa época los alemanes se llevaban todo”.

Sor André comentó que recuerda “con mucha alegría” los casi 30 años que cuidó a los niños en ese hospital y afirmó que “algunos me han encontrado y todavía vienen a verme”.

En el año 2009, la religiosa se trasladó a la residencia para ancianos Sainte-Catherine-Labouré en la ciudad de Tolón.

“Tengo mucha suerte de estar aquí porque estoy muy rodeada. Me tranquiliza a mi edad. Todos cuidan de mí y disfruto del cielo azul”, dijo la religiosa a Le Parisien.

Por otro lado, Sor André compartió con La Croix que trabajó hasta los 104 años y que actualmente lamenta ya no poder “leer, escribir, dibujar, bordar y tejer”.

Manifestó que “cuando mis hermanos murieron, a la edad de 70 años, pensé que sería mi turno pronto”. Sin embargo, esto no sucedió y afirmó que durante su ancianidad “el buen Dios me ha guiado bien”.

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— ACI Prensa (@aciprensa) 21 de octubre de 2017
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