¿Cristianos de Siria apoyan a presidente Al Assad? Párroco de Alepo lo explica

El párroco de la comunidad católica de rito latino de la ciudad de Alepo, P. Ibrahim Alsabagh, afirmó que el motivo por el que la Iglesia local en Siria muestra su preferencia por el presidente Bashar Al Assad es porque no hay otra alternativa.

Durante una presentación, en la sede de la Custodia de Tierra Santa en Roma, de su nuevo libro, “Llega el amanecer. Alepo, Siria: Reparar la casa, sanar el corazón”, el fraile franciscano explicó que la Iglesia local en Siria prefiere la opción del presidente al Assad antes que otras alternativas sustentadas por grupos fundamentalistas como el Estado Islámico (ISIS).

Así, negó que los cristianos tengan apego al actual presidente sirio, pero señaló que la Iglesia es consciente de que la alternativa a Al Assad es el Estado Islámico.

“Todos los Patriarcas, desde el primer momento de esta crisis en Siria, han dicho que prefieren a Al Assad porque la alternativa es el ISIS”, afirmó.

También recordó que cuando comenzaron las manifestaciones en el año 2011, la Iglesia propuso introducir reformas en la Constitución y en el sistema político sirio que dieran respuesta a las necesidades de la población.

Pero -sostuvo- “siempre hemos defendido que esos cambios no se pueden introducir mediante una revolución armada, sino mediante el diálogo”.

En este sentido, aseguró que la postura de los Patriarcas de las Iglesias presentes en Siria a favor de Al Assad se debe a que el gobierno protege a las minorías religiosas, y las alternativas a su gobierno se han planteado siempre desde el fundamentalismo islámico, que rechaza la presencia en Siria de cualquier religión que no sea el islam.

“Dijeron: entre Al Assad y el ISIS, nosotros nos elegimos a Al Assad”, agregó.

Alepo: Una ciudad devastada

Durante la presentación de su libro en Roma, el P. Ibrahim señaló que “hoy estamos en la fase que debería ser de reconstrucción. Una fase que se abre después del acuerdo, no de paz, sino de alto el fuego, que se alcanzó el 22 de diciembre de 2016, entre el Gobierno y las milicias armadas que ocupaban el 60% de la ciudad de Alepo”.

“Fue entonces cuando comprendimos el alcance de la devastación de Alepo en estos años de guerra. La ciudad ha sido devastada en un 70%, y esos barrios tienen necesidad de reconstrucción. También hemos visto grandes dificultades para devolver la electricidad a todos los barrios de la ciudad”.

El P. Ibrahim lamentó la decadencia de la ciudad destruida y despoblada, porque han visto cómo Alepo, “la ciudad industrial por excelencia de Siria, se ha convertido en un pequeño pueblo dependiente de las demás ciudades de Siria”.

“En la actualidad hay un grave problema de pobreza en Alepo. La gente tiene hambre. Más de dos tercios de la población, muchos de ellos cristianos, ha tenido que abandonar la ciudad. Algunos han regresado pero, por desgracia, son muy pocos comparado con aquellos que se han marchado”, dijo.

Además, criticó la rapidez con la que las noticias sobre Alepo han desaparecido de la prensa internacional, como si la guerra ya hubiera finalizado.

De hecho, advirtió que lo que se vive en Alepo es una falsa tranquilidad: “todavía hay milicias, todavía hay grupos armados y por lo tanto no somos capaces de pensar en una verdadera reconstrucción porque todavía no hay paz”.

Pese a esa realidad, el P. Ibrahim señaló que existen numerosos proyectos emprendidos por la Iglesia para reconstruir viviendas. “Hemos conseguido reconstruir 284 casas, pero todavía tenemos 700 peticiones de reconstrucción”.

Para ello, explicó que cuentan con un equipo de ingenieros y albañiles que participan en este proyecto de reconstrucción.

Asimismo, subrayó que “reconstruir el país no significa solamente reconstruir casas, sino que significa reconstruir la sociedad, reconstruir a las personas heridas en su dignidad que viven en condiciones verdaderamente deshumanas”.

Reparar la casa, sanar el corazón

El libro presentado por el P. Ibrahim Alsabagh en Roma es su segunda publicación, después del libro “Un instante antes del alba”, en el que explica la situación que padece Alepo y Siria.

Si en el primer libro el P. Ibrahim explicaba la vida en Alepo bajo el asedio y las bombas, en el actual narra los esfuerzos por llevar a cabo la reconstrucción después del alto el fuego. “¿Es Alepo realmente una ciudad liberada?”, se pregunta el fraile franciscano. “Realmente parece un sueño en una ciudad casi destruida por completo”.

El P. Ibrahim Alsabagh nació en Damasco, Siria, en el año 1971 dentro de una familia cristiana. Después de 3 años en la Universidad, entró en un seminario del Líbano donde estudió filosofía y teología durante 4 años.

Durante su estancia en el seminario, sintió la llamada a entrar en la Orden de Frailes Menores y servir a la Custodia de Tierra Santa. En el año 2003 recibió el orden sacerdotal.

En el año 2004 recibió el encargo de trasladarse a Alepo para servir como párroco vicario del Obispo, donde acompañó a la comunidad católica de rito latino durante los años más duros de la guerra.

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