Murieron al ir a Misa: Las últimas horas de las mártires españolas beatificadas en Argelia

Las hermanas Caridad Álvarez y Esther Paniagua son dos agustinas misioneras que han sido beatificadas este sábado 8 de diciembre por el Cardenal Angelo Becciu en Orán (Argelia) y que pudiendo abandonar el país por las revueltas que tuvieron lugar en los años 90, decidieron permanecer para ayudar a este pueblo. Ambas murieron a las puertas de la capilla a la que se dirigían para participar en la Misa del domingo 23 de octubre de 1994, día en el que se celebraba la Jornada Mundial por las Misiones. 

Caridad y Esther pertenecen al grupo de mártires  beatificados en la catedral de Nuestra Señora de Orán en Argelia y que fallecieron por odio a la fe durante las revueltas de 1994 hasta 1996 en Argelia. Otros mártires beatificados en esta celebración son también  los 7 monjes de Tibhirine, cuya vida se llevó al cine en la película “De dioses y hombres” y otros 10 religiosos de varias congregaciones.

A mediados de los años 90 Argelia se vio envuelta en una oleada de violencia. Las revueltas afectaron especialmente a los extranjeros que vivían en el país y de manera muy particular a los religiosos misioneros que realizaban su labor allí ya que eran una comunidad minoritaria.

Durante el verano de 1994 la tensión subió, por eso la embajada de España en Argel aconsejó a los españoles que salieran lo antes posible del país. Por su parte, el Arzobispo de Argel en aquella época, Mons. Henri Teissier, pidió a las comunidades religiosas establecidas en su ciudad que hicieran un discernimiento para que cada uno de los misioneros eligiera libremente si quedarse o abandonar el país, ya que la situación era extremadamente peligrosa.

Ante esta situación, la hermana María Jesús Rodríguez, como superiora provincial de las Agustinas Misioneras en aquella época, decidió ir a visitar a las tres comunidades que tenían en Argel y acompañarlas en ese discernimiento.

"El 6 y 7 de octubre de 1994 hicimos ese discernimiento. Fue un momento muy fuerte de experiencia de fe. Teníamos que discernir que la muerte estaba ahí, que era una posibilidad muy real que ya se había dado y que se podía repetir. Y si cada una libremente decide quedarse en la misión o volver a cualquier otra comunidad fuera del país”, recordó la Hermana María Jesús.

Sin embargo, todas las religiosas de las tres comunidades de las agustinas misioneras en Argelia decidieron permanecer en el país. “Hablaron con sus familias y las animaron a que aceptaran la decisión que iban a tomar”, asegura.

“Si el discernimiento es ser fieles, como decía Piedad, de la fidelidad de ellas yo doy testimonio. Las vi felices, muy felices, muy alegres con un sentido del humor increíble”,  aseguró la Hermana María Jesús.

La entonces superiora permaneció con las comunidades de Agustinas Misioneras durante algunas semanas. El 23 de octubre de 1994 era domingo y se celebraba la jornada dedicada en la Iglesia a las misiones, también conocido como 'Día del DOMUND'.

“El domingo 23, muy temprano salimos de casa, después de haber rezado laudes uniéndonos con toda la Iglesia. Decidimos ir de dos en dos, siguiendo las recomendaciones de la embajada de no ir en grupo porque podía ser peligroso”, aseguró la religiosa.

Por eso primero fueron Caridad y Esther y cinco minutos después salieron Sor María Jesús y otra hermana llamada Lourdes. “Íbamos a unos 100 metros de distancia", cuenta María Jesús.

"Caridad y Esther torcieron la calle y las perdimos de vista. En ese momento sonaron dos disparos. Instantes después la gente comenzó a correr y una señora nos metió en su casa. Oímos llorar desconsoladamente y pensamos que alguien de los nuestros había fallecido por los tiros. Nos pusimos en comunicación con las hermanas de Foucauld y sólo oímos los nombres Caridad y Esther”, explicó la religiosa.

Ambas fallecieron. De hecho, Caridad estaba llamando al timbre de la casa de las Hermanas de Foucauld en el momento del disparo, por eso su cuerpo cayó sobre la puerta. Todavía hoy se encuentra el agujero de la bala en la entrada.

Las hermanas Esther y Caridad son dos de los 19 misioneros que perdieron la vida entre 1994 y 1996 en Argelia, por eso su causa de canonización se abrió de manera conjunta. En 1996 también fueron asesinados el Obispo de Orán (Argelia), Mons. Pierre Claverie y su chófer, a quienes pusieron una bomba en casa. También murieron en esa oleada de violencia los monjes trapenses en quienes después se basó la película “De dioses y hombres”.

Sor María Paz Martín, que durante los años 90 ocupaba cargos de responsabilidad dentro de las Agustinas Misioneras, contó a ACI Prensa cómo después de que repatriaron los cuerpos de las dos religiosas a España se celebraron los funerales.

“Le preguntaron a los padres de Esther durante el funeral si perdonaban a quienes habían asesinado a su hija. Su madre respondió sin pensarlo: “Por supuesto que sí. Si no perdonara no estaría haciendo honor a la vida de mi hija. Y además, no sólo les perdono sino que rezo por quienes la han matado para que se conviertan”. Dieron un testimonio increíble”, aseguró la religiosa.

La hermana María Paz también explicó que el amor al país y a su gente que tuvieron las religiosas Caridad y Esther, así como los demás misioneros que murieron en Argel "no se explica con la Sociología o la antropología. Sólo es posible cuando se ha hecho un 

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