Obispo explica pauta para “poner a punto el espíritu” en Cuaresma

Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba (España) afirmó que la Cuaresma es el tiempo para volver a “poner a punto el espíritu” y celebrar la Resurrección del Señor; para lo cual hay que seguir la pauta marcada por Jesús con la oración, la limosna y el ayuno.

El Prelado afirmó esto en su carta semanal, en la que anunció que la Diócesis se sumará a la iniciativa de “24 horas para el Señor” para fomentar la adoración y el acceso a la confesión como parte de la preparación de este tiempo litúrgico.

El Obispo de Córdoba dijo en su carta semanal que la Cuaresma es “un catecumenado anual” que nos ayuda a prepararnos a la “fiesta principal” del año litúrgico, que es “la muerte y la Resurrección del Señor”, en la que “renovaremos las promesas bautismales y se renueva la vida de la Iglesia”.

Según explica, Jesús santificó este tiempo santo “con los cuarenta días en el desierto, previos a su ministerio público”, pero ese periodo también recuerda los cuarenta años que el Pueblo de Dios anduvo por el desierto, saliendo de la esclavitud en Egipto hasta llegar a la Tierra prometida.

“La Cuaresma tiene por tanto un sentido de prueba, de desierto, de tentación, de combate contra el mal, de superación con el ejercicio del bien”, aseguró el Prelado.

Por eso precisó que “la pauta que nos marca Jesús para este tiempo es la oración, el ayuno y la limosna”.

La oración “nos abre a Dios y a sus dones, y ahí está el origen de todos los bienes para nuestra vida”, apuntó Mons. Fernández, y alentó a volver a Dios que “nos espera como el padre del hijo pródigo con los brazos abiertos para abrazarnos y devolvernos la dignidad de hijos y el sentido fraterno con nuestros hermanos”.

Sobre la necesidad de dar limosna, el Prelado recordó unas palabras del Papa Francisco que asegura que “la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es solo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida”.

“La limosna perdona nuestros pecados y abre nuestro corazón para compartir lo que tenemos con los demás”, apuntó el Obispo de Córdoba. Por ello la Cuaresma es tiempo de ir contra la avaricia “ejercitándonos en la generosidad con los demás, especialmente con los pobres. El cristiano es generoso y sabe compartir con los demás”.

En relación con el ayuno, Mons. Fernández explicó que “constituye una importante ocasión para crecer” porque “nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre”.

Además “expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo”.

El Obispo recordó que el ayuno por motivos religiosos no está de moda, pero la Cuaresma “nos pone delante de los ojos esta necesidad de nuestro espíritu”.

Por eso, Mons. Fernández animó a orar con el Evangelio del día durante la Cuaresma para “poner a punto nuestro espíritu” porque “Dios nos espera para hacernos partícipes de sus dones”, afirma.

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